El uso de la manzanilla tiene orígenes antiguos, sobre todo en forma de infusión, y se ha convertido en una de las plantas más consumidas en el mundo, principalmente por sus propiedades calmantes y digestivas.
Disponibilidad y propiedades de la manzanilla
Hoy en día, la manzanilla está disponible en todo el mundo y es resistente a todos los climas. Por tanto, puede cultivarse en jardines o macetas, y además contiene antioxidantes que ayudan a reducir el riesgo de la manzanilla.
He aquí algunas ventajas que pueden ser de su interés:
- Cuando los niveles de serotonina y melatonina aumentan, esto puede ayudar a reducir la ansiedad y el estrés.
- Contiene compuestos fenólicos (antioxidantes) que ayudan al sistema inmunitario a combatir las infecciones bacterianas.
- Ayuda a reducir los niveles de colesterol estimulando la descomposición de los lípidos (grasas)
- Te ayuda a dormir, permitiéndote liberar el estrés y la ansiedad y permitiendo que tu cuerpo se recupere de la rutina diaria.
- Sus propiedades antiespasmódicas y antiinflamatorias lo convierten en una opción popular para las mujeres que sufren síntomas menstruales como hinchazón, calambres o incapacidad para descansar.
- Tomar esta hierba diariamente en forma de infusión puede ayudar a controlar el índice glucémico, la cantidad de azúcar en la sangre. Esto mejora los síntomas de la diabetes.
- El té de manzanilla también ayuda a proteger las células de los daños externos, evitando así que la piel se infecte o se dañe por procesos inflamatorios.
Consejos para utilizar esta planta
Sin duda, la manzanilla es una gran aliada de tu salud, sus propiedades son beneficiosas para el organismo y tu salud, y la preparación de la infusión es muy sencilla.
Sólo tienes que calentar el agua hasta que hierva y colocar una cucharada de la hierba seca o embolsada (de las que se compran en el supermercado) en una taza, dejarla durante unos tres minutos y colarla, y luego disfrutar de tu infusión.